lunes, 3 de diciembre de 2007

Tecnología para escuelas rurales


Pilar Marín Bravo

En comunidades rurales donde la población no tiene acceso a servicio telefónico y sus posibilidades de educación son muy limitadas, dotar de una computadora personal básica a un niño puede hacer la diferencia entre el continuismo de su calidad de vida y el salto tecnológico que le abra múltiples posibilidades para su desarrollo económico y social. ¿Pero será suficiente con eso?
Nadie pone en duda que uno de los retos del presente siglo es acercar los beneficios de la tecnología de la información y de internet a todas las poblaciones en cada país, reduciendo la brecha digital que actualmente existe y la diferencia que marca a los países que progresan de los que menos posibilidades tienen de hacerlo.

Sin embargo, no basta con darle una computadora a un niño para asegurarle las condiciones de una mejor educación, el acceso directo a los beneficios de la información o la innovación tecnológica que le permitan mejorar su calidad de vida. Hay que dotar a los docentes y alumnos de las herramientas con las que puedan aprovechar adecuadamente estos recursos.
Capacitación permanente y condiciones de infraestructura necesarias. El acceso a la tecnología económica y su uso al servicio de la educación rural son importantes y necesarios, pero deben tomar en cuenta las condiciones en las que se encuentra el sistema educativo en el área rural, donde 25 de cada cien mujeres andinas no saben leer y más de la mitad de los habitantes sobrevive con un promedio de 1.25 dólar al día.
En una zona tan vulnerable como el campo, donde las comunidades tienen una economía agrícola de subsistencia, las medidas que se apliquen para dotar de oportunidades tecnológicas a la educación tienen que ir necesariamente acompañadas de estrategias para cubrir las deficiencias en cobertura y calidad de la enseñanza que actualmente adolecen las escuelas rurales.
En escuelas multigrados o unidocentes, los maestros necesitan estar bien preparados con las herramientas que proporcionan internet para no solo enseñar adecuadamente a sus alumnos sino orientarlos acerca de su buen uso.
En escuelas rurales con dos aulas o con bibliotecas de 30 libros para todos sus estudiantes, los niños necesitan mucho más que de una computadora personal. La iniciativa de proporcionar computadoras económicas a los estudiantes del campo es loable. Esperemos que forme parte de una política integral para mejorar también su sistema educativo.

30 de Noviembre del 2007

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